El uso de perros detectores para localizar sustancias de contrabando, explosivos y acelerantes, así como para la búsqueda de personas desaparecidas o restos humanos, es algo muy habitual hoy en día.
Podemos encontrar equipos caninos trabajando en la Policía, el Ejército y algunos servicios de rescate. Sin embargo, la aplicación del uso de estos perros es mucho más amplia, introduciéndose por primera vez en el mundo de la conservación del medio ambiente en los años 90.
Cuando comparamos búsquedas realizadas por personas y por perros entrenados, los cánidos muestran rangos de detección de 2 a 4 veces superiores (Homan et al. 2001; Smith et al. 2001). Se ha demostrado su habilidad para detectar especies, directamente o a través de búsqueda de indicios [1], en el seguimiento y control de enfermedades [2] y detección de cadáveres [3] entre otros, por lo que incluirlos en estudios o trabajos de este tipo aumenta notablemente la eficacia y fiabilidad de nuestros resultados.
En SNIPER NOSE ofrecemos preparación de perros detectores para proyectos de conservación, consultoría y asistencia técnica con binomios (perro-guía) preparados para detectar la especie y/o sustancia objeto de estudio, y contamos con programas formativos específicos.
Introducción
Se estima que habrá un crecimiento del 30% de la demanda energética mundial entre 2016 y 2040, y que esta expansión requerirá la construcción de miles de kilómetros de nuevas líneas eléctricas aéreas y parque
eólicos que ayuden a cubrir esta demanda.
La energía eólica es la segunda fuente de generación eléctrica peninsular. Con más de 1200 parques instalados, España es el quinto país del mundo en potencia eólica generada cubriendo el 21% de la energía que consumimos.
En España, la red de transporte de energía cuenta con más de 43.000 kilómetros de línea (un 5% del total de líneas eléctricas instaladas).
El funcionamiento de estas infraestructuras, hace que sea imprescindible un plan de vigilancia ambiental que estudie la incidencia sobre la mortalidad de fauna tanto autóctona como migratoria debida a la colisión con los aerogeneradores y con los tendidos eléctricos.
PARQUES EÓLICOS
La metodología utilizada para el estudio de la mortalidad de aves y murciélagos en parques eólicos, está basada en la búsqueda visual periódica bajo las turbinas por personal técnico encargado de la vigilancia ambiental del parque, pero tiene algunas limitaciones que afectan a la detección de cadáveres y por tanto, a la estimación de la mortalidad.
Las condiciones climáticas, la densidad de la vegetación, la desaparición de los cadáveres y la posibilidad de que caigan fuera del área de búsqueda, son sólo algunos de los problemas a los que se enfrentan los técnicos más experimentados.
TENDIDOS ELÉCTRICOS
La legislación española, establece la necesidad de elaborar y mantener un inventario de líneas eléctricas aéreas de alta tensión existentes que provoquen una significativa y contrastada mortalidad de aves catalogadas, siendo necesario el seguimiento y evaluación de la tasa de mortalidad para determinar los puntos más problemáticos y así proceder a su corrección y/o modificación.
Factores como la desaparición de ejemplares muertos por descomposición o eliminación por carroñeros, la caída de cadáveres fuera de la zona de muestreo y el tipo de hábitat, producen un sesgo en el cálculo de la tasa de colisión infravalorando los índices reales de mortalidad.